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UN CAMINO DE EXPLORACIÓN

Mi proyecto fotográfico comenzó desde la clandestinidad, confiando mi identidad a los modelos que fotografiaba y ellos la suya a mi. En un contexto de búsqueda, tanto técnica como temática, y de mucho temor al juicio externo inicié con la exploración del cuerpo masculino a través de mi lente.


Mi preparación profesional en el mundo artístico, comenzó desde la universidad, donde mis estudios en artes me relacionaron con la pintura, el grabado, la escultura y la ilustración, entre otros aspectos que me marcaron, pero que; sin embargo, no llamaron tanto mi atención como la fotografía.

 

Un mundo en el cual estoy inmerso desde ya hace unos años, y el cual ha logrado florecer en mí, aspectos artísticos que me eran innatos y que en un inicio estaban limitados por el lápiz y papel, herramientas que pudieron profundizar mi interés en la figura humana, reproduciendo a detalle los rasgos corporales, y la curiosidad de las formas, sin llegar al aspecto erótico que más tarde abordaría, aspecto cuyo origen se encuentra en una vivencia personal que experimenté como modelo desnudo y que dejó en mí una enorme fascinación hacia esta materia.

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La temática de mi trabajo es variada, pero todas las fotografías tienen algo en común, en todas uso el desnudo como punto de inicio. A veces es una exploración de las formas del cuerpo, otras la interacción erótica entre dos individuos, el momento íntimo de una persona, la vulnerabilidad o la belleza.

 

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La experimentación es parte importante de mi proceso, no suelo ceñirme a un sólo estilo, sin embargo, la luz natural ha sido siempre el medio principal para lograr mis escenas, así como los contrastes fuertes.
Me gusta describir mi proceso en cuatro grandes pasos, el primero es la planificación, que incluye el primer contacto con el modelo siempre usando medios digitales, la concepción inicial y la referenciación. Viene luego la ejecución de la sesión, llevada a cabo siempre en los lugares de los modelos, sus casas, hoteles, departamentos, dormitorios, un espacio que les da una idea de seguridad y familiaridad, percepción que cohabita con la vulnerabilidad de estar desnudo frente a alguien que ven por primera vez, desprendidos completamente de todo, un sentimiento primario casi compartido por mi parte, puesto que, me encuentro en un espacio ajeno y nuevo. Durante la sesión la planificación previa es imperante en algunos casos, en otros, la improvisación y la espontaneidad es lo que prima, pero siempre el cuerpo desnudo esta presente.

Así, unas veces una idea desemboca en una imagen y otras puede surgir una nueva idea dentro del proceso. La fase de edición es probablemente lo que más inversión de tiempo conlleva, es el momento en el que el discurso o la atmósfera de una fotografía puede cambiar drásticamente. En esta parte del proceso mi influencia hacia la ilustración se hace inevitable, el producto final en algunos casos tiene acabados casi pictóricos. Finalmente está la exposición de mi trabajo a través de plataformas digitales, en la que, específicamente Instagram, como medio que permite la distribución masiva de imágenes, se convierte en un canal indispensable en el proceso, a través del cual las fotos se hacen públicas; es el último paso, más de mil personas admirando el cuerpo del modelo, es todo un acontecimiento, esperado tanto por el modelo, con ansias de ser exhibido; los espectadores, ávidos siempre por más contenido; y el fotógrafo, que finalmente comparte su obra.

 

Sin duda el contexto tecnológico de hoy, el internet y el modo en que las personas se relacionan en el mundo digital han permitido el desarrollo de mi trabajo, desde el proceso de referenciación hasta la búsqueda de información técnica, el contacto con los modelos y la difusión de mi trabajo. Esto me lleva a pensar en otro aspecto importante en el desarrollo de mi obra, el que concierne al espectador, quien completa o transforma mi fotografía con su contemplación e interpretación, dotándola por lo general de una lectura sexualizada y erótica, compartida con un aprecio por la belleza del cuerpo del sujeto que se convierte en objeto de deseo. Por otro lado está mi posición, de fotógrafo, con ciertos aires de voyeurismo. Yo con el lado activo del que mira y registra un momento íntimo del modelo, me convierto en una especie de voyeur validado, transformando la sesión en algo casi sexual.


Creo que en cierta forma hay un impulso empoderante en el resultado de mi trabajo, pues incluso cuando las conversaciones con los modelos inician con frases como “...pero nunca he posado así y no tengo el mejor cuerpo”, que por cierto es una percepción genuina muy común entre las personas, el posar desnudo frente al lente de un desconocido y ser compartido masivamente del modo en que lo hago, se convierte automáticamente en un acto liberador y de autovalidación.


Mi trabajo fotográfico se ha convertido en una forma de canalizar mis propias sensaciones internas, muchas veces siento que los modelos me interpretan durante las sesiones, mis propios impulsos y deseos se ven reflejados en las fotografías. Además, a pesar de que la censura externa es un acto constante en mi trabajo, me reconforta la idea de que en cierto modo contribuyo con este movimiento que busca normalizar los temas, que algunos consideran tabú, como la desnudez y la sexualidad.

Captura de pantalla 2020-08-28 a la(s) 2

Texturas, encuadres, sabores, luz, ternura, sensualidad. La obra de White Rabbit es una compilación sensorial. La sensualidad de sus imágenes, las escenas que articula en el montaje y la variedad de colores, encuadres y tópicos presentes en la serie nos permite festinarnos con el discurso erótico que arrastra. Es un verdadero festín, incluso parece que el cuerpo exuda el olor a frutas o la humedad del agua."

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Erotic Life Magazine - Volumen 3  

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